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Sat Jan 24 23:52:00 CET 2015 Sat Jan 24 23:52:00 CET 2015 Sat Jan 24 23:52:00 CET 2015

Campaneirus. Recuperación de mascarada tradicional.

Campaneirus

La asociación Cultural Trimuella de la localidad de La Cuesta, ultiman estos días los preparativos para la recuperación por todo lo alto, el próximo sábado y domingo, de la ancestral mascarada de invierno “Campaneiros”, una tradición que antaño gozaba de gran tradición en la zona de Cabrera, conocida por varios nombres, casi uno por cada pueblo, Campaneiros, Campanones y Trapisacos en Cabrera Alta; y Remixacos, Farramacos y Mantarracos en Cabrera Baja, que actualmente ya no se mantiene en ninguno de sus pueblos al haberse extinguido.

Según el testimonio de una mujer que todavía lo vivió desde niña, Luzdivina González Fernández, los Campaneiros en La Cuesta se realizaban en navidades y eran encarnados por los mozos del pueblo que se disfrazaban, unos de Campaneiros, -unos tres o cuatro-, cuya única función era perseguir y asustar a los rapaces, y otros de vieyo y vieya, que no corrían a los niños, pero que se disfrazaban de modo que no se le reconociera a ninguno. Cuando entraban en las casas, solían pedirles que o cantasen o que bailasen para hacer sonar sus campanas.

Los Campaneiros se cubrían los cuerpos con pieles de ovejas o perros, capotes, trapos viejos o mantarrones, etc. También de cintura para abajo. Para cubrir la cara y la cabeza se fabricaban caretas o caperuzas con agujeros para los ojos, muchas veces un simple saco con dos agujeros para poder ver, con apariencia de lobos, zorros, osos y otros animales, o de cualquier cosa que pudiera asustar. En ocasiones también se ponían cuernos sujetados con una estructura de madera y piel de carnero a modo de representación del ganado. Cuando no tenían cuernos de vaca los sustituían por varas de madera que los rapaces tallaban.

Según el testimonio de Luis Vega, en una localidad cercana, Villar del Monte, las máscaras eran metálicas. El nombre de Campaneiros tiene su razón en las campanas, (cencerros, esquilas y tupios, o "chocallos"), que estos personajes portaban colgados de sus cinturas para mayor estruendo y agitación de los chiquillos. Como todo esfuerzo tiene su recompensa, tras realizar este peculiar pasacalles, los vecinos del pueblo daban huevos, chorizos, y otros alimentos, incluso dinero, con lo que los mozos celebraban una cena.

Este traje ha evolucionado muy poco, en comparación con otros de comarcas cercanas, manteniéndose prácticamente la misma estructura, únicamente se añadió un sombrero con tiras de papel de colores en su parte posterior en los años 60 para mejorar el soporte de las caretas de piel, y que en los años 80, gracias a la aparición del plástico, se colocaban globos y algunas de las tiras de papel fueron sustituidas por tiras de bolsas de plástico, por simples cuestiones de conservación.

Debido a que la iglesia no era muy amiga de celebrar estas tradiciones en esas fechas, lo campaneiros se trasladaron al día de carnaval e incluso cambiaron de denominación pasándose a llamar Trapisacos. Este día de carnaval había baile por la tarde y por la noche. Para el baile por la tarde, los hombres se vestían de mujeres y las mujeres de hombres, y se colocaban un pañuelo blanco o tela de saco en el rostro para que no se les reconociese.

Muchos otros se vestían con las peores vestiduras que tenían, incluso remendaban trapos viejos sueltos de forma que al saltar volasen de un lado a otro. Perseguían a los chavales con un trapo mojado y sucio para arrearles y asustarles. Era frecuente que se pusiesen caretas con cuernos o se tiñesen la cara de negro con el hollín de los fornos, y al igual que los Campaneiros, se colgaban campanas por el cuerpo (realmente eran el mismo personaje). Los chavales huían de los Trapisacos por todo el pueblo y era frecuente que se escondiesen entre los jóvenes que habían acudido al baile.

Ya por la noche se hacía un baile en un corral y era en ese momento cuando aparecía en escena el toro y la señorita. El toro era un hombre que con cornamenta daba vueltas alrededor del corral mientras los jóvenes que bailaban se subían a donde podían para huir de él. La figura de la señorita consistía en "picar al toro" para dirigirlo a donde más gente hubiese.

El primer paso dado ha sido la recuperación de los campaneiros, que después de varios intentos, la asociación ha conseguido una máscara original realizada por la señora Duli Oteruelo de la localidad cercana de Pozos. A continuación se realizó la figura del toro, un armazón con los cuernos, que ha sido construido por Joaquín Lobo, siguiendo las indicaciones de los más mayores. La Vieya del monte también es otro personaje que se ha recuperado en esta ocasión que era la encargada de llevar el aguinaldo. El último personaje, la señorita, ha sido imposible de recuperar por cuestiones de costes, ya que este personaje llevaba las mejores galas del pueblo y la asociación que se autofinancia, no dispone de medios económicos, pero seguirán tratando de hacerse con ellos para recuperar todos los personajes.

 

 

Sábado 24 de enero

17:15 Presentación de la Mascarada. Casa de Cultura de La Cuesta

17:30 Documental Mascaradas Ibéricas y de Europa

18:45 Campaneiros de Xolda por los bares del municipio (Corporales 18:45 Truchas 19:30)

20:30 Serano acompañado de vino y orejas de carnaval. Casa de Cultura de La Cuesta

 


Domingo 25 de enero

13:30 Campaneiros al salir de misa con Bollus Preñaus y Vino. Iglesia de La Cuesta


Fecha Sat Jan 24 23:52:00 CET 2015
Localidad La Cuesta

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